Castillos feudales de la edad Media, Riba de Santiuste, Sigüenza, Guadalajara
Los castillos feudales de la Edad Media son testigos mudos de una época en la que la defensa del territorio era una necesidad constante.
Uno de estos castillos es el Castillo de Riba de Santiuste, una fortaleza que ha resistido el paso de los siglos y que representa un valioso vestigio de la Edad Media feudal.
El Castillo de Riba de Santiuste tiene sus raíces en la época andalusí, cuando fue construido con el propósito de proteger la zona de la conquista castellana.
A finales del siglo XII, el obispado de Sigüenza emprendió una ampliación y reconstrucción de la fortaleza, marcando así un período de transición en su evolución.
Aunque su estado actual es deteriorado y no tan monumental en comparación con otros castillos de la zona, su valor histórico-artístico radica en su autenticidad como representante de la Edad Media feudal.
Los muros de esta fortaleza han sido testigos de importantes acontecimientos históricos que ayudan a comprender el contexto de la época.
Entrada al castillo.
El recinto amurallado del Castillo de Riba de Santiuste sigue los contornos naturales del terreno, con una planta alargada que presenta torreones de refuerzo en sus extremos.
En su interior, encontramos dos aljibes, tres amplios compartimentos independientes y líneas divisorias que delimitan pequeñas habitaciones distribuidas en dos cuerpos.
Construido en el siglo IX, formaba parte de un sistema de fortificación que incluía otra atalaya situada en el cerrillo de la Horca, al noreste.
La Sierra Ministra fue escenario constante de batallas durante la Alta Edad Media, en la que los distintos reinos taifas y los reinos cristianos del norte de la península se disputaban el territorio.
En el año 917, las tropas de Ordoño II de León llevaron a cabo incursiones que obligaron a los habitantes de Castromoros a refugiarse en el Castillo de Riba de Santiuste, y en 1085, la zona fue finalmente conquistada por las tropas de Alfonso VI de León.
En 1129, Alfonso VII de León donó estas fortificaciones al obispado de Sigüenza, lo que marcó el inicio de su reconstrucción y ampliación financiada por Bernardo de Agén.
En 1451, las tropas del infante Juan de Navarra tomaron el castillo, utilizándolo como cuartel para hostigar la ciudad de Sigüenza.
Fue en agosto de 1452 cuando las tropas del obispo Fernando de Luján, bajo el mando del deán Diego López de Madrid, reconquistaron la fortaleza, devolviéndola a manos cristianas.
El Castillo de Riba de Santiuste también sufrió los estragos de la Guerra de la Independencia en 1811, que lo dejó en ruinas, al igual que el Castillo de Atienza.
En 1973, el Estado subastó la fortaleza, y fue adquirida por un particular que se dedicó a su restauración y desde entonces, ha tenido diversos usos, incluyendo servir como lugar de actividades para la organización argentina "Nueva Acrópolis."
Patio interior del castillo.
El Castillo de Riba de Santiuste alberga más que solo historia y arquitectura.
Se dice que muchas personas han experimentado fenómenos inexplicables en su interior, como presencias misteriosas, ruidos enigmáticos y energías inexplicables que inquietan a los visitantes.
Se cuenta la leyenda de la Dama Blanca, una figura que deambula eternamente por sus pasillos de piedra.
La presencia de estas historias fantasmales se ve reforzada por los ajusticiamientos que ocurrieron en la fortaleza a lo largo de su historia.
No hay que confundir esta fortaleza con los cercanos castillos de Sigüenza y Santiuste, lugares que se pueden visitar en la conocida como "Ruta de Los Castillos"