Castillos abandonados en Santa Cruz de Tenerife, San Joaquín

Turismo de aventura en Canarias

El Castillo de San Joaquín, se encuentra ubicado entre los municipios de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, en la isla de Tenerife.

Es una joya histórica que se combina perfectamente con el turismo de aventura en Canarias.

Esta fortificación militar medieval, mandada a construir por Felipe II, desempeñó un papel crucial en la defensa de las Islas Canarias contra posibles ataques de piratas en el archipiélago.

En 1586, el gobernador militar Juan Núñez de la Fuente ordenó la construcción de una batería en La Cuesta, equipada con cuatro piezas de artillería, para proteger La Laguna de los corsarios que pudieran haber pasado la primera línea de defensa en la playa, desde esta ubicación estratégica, se tenía un control visual sobre la subida desde el puerto hasta la capital de la isla.

A lo largo de los años, el castillo experimentó diversas reconstrucciones y modificaciones y en 1780, fue reconstruido como castillo en su forma actual.

La edificación es de planta cuadrada con torres circulares en sus esquinas y en su interior, se encuentran dos estructuras paralelas separadas por un patio central, las cuales han sido adaptadas a diferentes usos a lo largo del tiempo, desde polvorín hasta prisión militar.

Aunque en la actualidad el castillo se encuentra en ruinas, su aspecto externo y su planta han permanecido casi inalterados a lo largo de los años.

Desde 1944 hasta 1991, funcionó como la Prisión Militar denominada "El Castillo", con celdas para jefes, oficiales y personal de tropa.

En 1996, el Ministerio de Defensa lo enajena a un particular a través de una subasta pública.


Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.


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