Aldea abandonada de La Santa, Munilla
Las aldeas abandonadas, con su aire de misterio y nostalgia, son testigos silenciosos de un pasado que una vez fue vibrante pero que ha caído en el olvido con el tiempo. Un ejemplo es la aldea abandonada de La Santa
Orígenes de la aldea de La Santa
La aldea de La Santa se encuentra enclavada en un terreno montañoso, a 1300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su diseño se caracteriza por tres calles paralelas que se adaptan a la topografía del terreno, cruzadas por una calle principal donde se erige la iglesia de la Asunción como un solitario testigo de su pasado.
El Señorío de La Santa
En sus días de esplendor, La Santa abarcaba 2.700 hectáreas y en ella vivían 50 vecinos. La aldea estaba bajo el dominio del Monasterio de San Prudencio, que recibía el diezmo, y debían pagar derechos señoriales a las Bernardas de Herce, además de 5 reales al Conde de Aguilar. Sin embargo, su estatus cambiaría drásticamente en 1812 con la aprobación de la Constitución Española y la abolición de los señoríos, convirtiéndose en una villa independiente.
Cambios en la Administración
En 1833, tras la división provincial de Javier de Burgos, La Santa pasó a formar parte de la provincia de Logroño. La aldea tenía su propio ayuntamiento hasta 1981, año en que quedó oficialmente despoblada y se integró en el municipio de Munilla.
Desafíos de la Vida en La Santa
La emigración afectó gravemente a La Santa y sus dos aldeas, La Monjía y Ribalmaguillo. Situadas en terrenos escarpados, con comunicaciones precarias y careciendo de servicios básicos como médicos, veterinarios o electricidad, dependían en gran medida de los municipios vecinos. Cada quince días, una casa debía servir como taberna para atender a los vecinos, donde los hombres jugaban a las cartas y las mujeres tejían paños para vender en Munilla y Enciso.
La Despoblación de La Santa
La política de Patrimonio Forestal del Estado, que promovía la expropiación de tierras para la plantación de pinos, y las sanciones al ganado por pastar en áreas de repoblación, marcaron el declive de las actividades ganaderas de La Santa y sus aldeas. Hasta finales de los años 70, algunos vecinos mantenían casas en la zona, pero la población se reducía drásticamente.
Un Destino Ineludible
Hoy en día, La Santa yace completamente deshabitada. A diferencia de otras localidades que han sido repobladas o rehabilitadas, La Santa no ha tenido la misma suerte. Su historia se ha convertido en un recordatorio de los desafíos que enfrentaron las comunidades rurales en el pasado.
Ermita de Santa Ana.
Tradiciones Perdidas de La Santa
Las festividades solían celebrarse los días 25 y 26 de julio. Se preparaban zurracapotes,( bebida con vino tinto y melocotones), también se confeccionaban pasacalles con gaiteros y se lanzaban cohetes para anunciar las festividades de Santa Ana.
Las procesiones desde La Santa y las localidades vecinas eran una tradición importante, seguidas de misas y bailes. Aunque estas festividades han desaparecido, una romería anual promovida por la Asociación Sociocultural de la Ermita de Santa Ana mantiene viva la memoria.
Descubre la Zona
Si visitas la zona, puedes explorar un yacimiento con huellas de dinosaurios y disfrutar de las termas de Arnedillo, utilizadas desde la época romana.
Ayuntamiento de Munilla.
Cómo llegar desde La Rioja.
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