Construcción defensiva bajomedieval del Castillo de Gérgal, Almeria
El Castillo de Gérgal, situado estratégicamente sobre una de las elevaciones de la sierra de los Filabres en Almería, es un magnífico ejemplo de construcción defensiva bajomedieval.
Esta fortaleza, cuya estructura y disposición están íntimamente ligadas a su función de protección, ha sido testigo de diversos episodios históricos a lo largo de los siglos.
La torre central almenada, de planta cuadrada y con una impresionante dimensión de 15,5 metros de lado, es el núcleo alrededor del cual se organiza todo el conjunto.
Este elemento se ve reforzado por cuatro cubos de planta circular situados en sus esquinas, los cuales están rematados por casamatas para artillería con cubierta cónica.
La presencia de estas estructuras, diseñadas para albergar armamento defensivo, subraya el carácter militar del castillo.
El acceso al recinto se realiza a través de un postigo en recodo, estratégicamente protegido por otro cubo almenado de planta ovalada y defendido por un matacán.
Esta disposición, pensada para dificultar el avance de los posibles atacantes, refleja la ingeniería defensiva característica de la época bajomedieval, a lo largo de los muros se distribuyen troneras para armas de fuego portátiles, añadiendo una capa adicional de protección al conjunto.
En 1492, los Reyes Católicos otorgaron el control del castillo a don Alonso de Cárdenas, último maestre de la Orden de Santiago, en reconocimiento a su destacada participación en la Guerra de Granada.
Durante el siglo XVI, la fortaleza desempeñó un papel crucial en la defensa contra las incursiones ( apoyadas por los moriscos) de piratas turcos y berberiscos en las costas de Almería.
Estos ataques, que buscaban saquear y capturar a los cristianos, fueron repelidos gracias a la solidez de las defensas del castillo.
Tras la expulsión de los moriscos entre 1571 y 1620, la zona quedó vulnerable al bandidaje, lo que llevó a una reconstrucción del castillo durante el siglo XVII con el objetivo de restaurar el orden y fomentar la repoblación.
La última heredera sin hijos legó el castillo al ayuntamiento de Gérgal.
En 1968 el castillo pasó a ser propiedad del Estado, que lo declaró vendible
En años más recientes, el castillo ha sido objeto de restauraciones y actualmente se encuentra en manos privadas, siendo utilizado como vivienda.
Ermita de San Sepulcro.
Su importancia histórica y arquitectónica ha sido reconocida, siendo catalogado como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde 1985.
Además de visitar el Castillo de Gérgal, los turistas pueden explorar otros puntos de interés en la zona, como el Antiguo Puente de Gérgal, construido a finales del siglo XIX, y la Ermita del San Sepulcro que se encuentra en estado de abandono desde la Guerra Civil.
Ayuntamiento de Gergal.
Como llegar desde Almería.
Antes de programar una visita sugerimos consultar con el ayuntamiento del lugar.
Si ve algún dato que no es correcto le agradeceremos nos lo indique en Contacto.
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Conoce en Almería la fortaleza renacentista del siglo XVII cuyos cañones de bronce se urilizaron para hacer campanas.
Gérgal
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Este elemento se ve reforzado por cuatro cubos de planta circular situados en sus esquinas, los cuales están rematados por casamatas para artillería con cubierta cónica.
La presencia de estas estructuras, diseñadas para albergar armamento defensivo, subraya el carácter militar del castillo.
El acceso al recinto se realiza a través de un postigo en recodo, estratégicamente protegido por otro cubo almenado de planta ovalada y defendido por un matacán.
Esta disposición, pensada para dificultar el avance de los posibles atacantes, refleja la ingeniería defensiva característica de la época bajomedieval, a lo largo de los muros se distribuyen troneras para armas de fuego portátiles, añadiendo una capa adicional de protección al conjunto.
En 1492, los Reyes Católicos otorgaron el control del castillo a don Alonso de Cárdenas, último maestre de la Orden de Santiago, en reconocimiento a su destacada participación en la Guerra de Granada.
Durante el siglo XVI, la fortaleza desempeñó un papel crucial en la defensa contra las incursiones ( apoyadas por los moriscos) de piratas turcos y berberiscos en las costas de Almería.
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Tras la expulsión de los moriscos entre 1571 y 1620, la zona quedó vulnerable al bandidaje, lo que llevó a una reconstrucción del castillo durante el siglo XVII con el objetivo de restaurar el orden y fomentar la repoblación.
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