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Caserío en ruinas: Despoblado de Claret, Oliola, Noguera
El caserío en ruinas de Claret es un testimonio silencioso de la vida rural que alguna vez floreció en la región comprendida entre los valles de los ríos Llobregós y Sió.
Se encuentra en una pequeña colina desde la cual se puede admirar la extensión de las llanuras de la Noguera, l'Urgell y el Pla d'Urgell.
Este asentamiento, que data de los siglos XI-XII, fue alguna vez un núcleo poblacional significativo, pero hoy solo quedan sus ruinas como recuerdo de un tiempo pasado.
Claret estaba compuesto por cuatro casas, todas ellas propiedad de Don Faust Dalmasses y de Massot, Barón del Bullidor.
Los habitantes de este caserío eran medieros, lo que significaba que entregaban la mitad de lo que producían al propietario.
La vida en Claret era dura y sencilla, marcada por la ausencia de comodidades modernas.
No contaban con luz eléctrica, por lo que se iluminaban con candiles de petróleo y carburo.
El acceso al agua era también un desafío constante: los habitantes tenían que caminar aproximadamente media hora para conseguirla y para aliviar un poco esta carga, aprovechaban la lluvia mediante unos canalones que dirigían el agua hacia depósitos en cada casa.
En 1903, Don Faust Dalmasses mandó construir una iglesia de estilo neogótico en Claret, cuya inscripción sobre la puerta de arco apuntado recuerda su nombre y título.
El caserío comenzó a despoblarse a mediados del siglo XX, coincidiendo con el período de intensa inmigración de los años 1950-1960, cuando muchos habitantes rurales se movilizaron hacia las ciudades en busca de mejores condiciones de vida.
Este éxodo fue motivado por la búsqueda de empleo, acceso a servicios básicos y la promesa de una vida menos ardua en las áreas urbanas y Claret no fue la excepción, y poco a poco, sus habitantes fueron abandonando el lugar, hasta que los últimos residentes lo dejaron en 1984.
Pilar de Almenara
A pocos kilómetros de allí, se encuentra el conocido como pelar de Almenara, torre de diseño redondo construida entre los siglos XI y XII que servía para la defensa y vigilancia de la región.
Desde lo alto de esta torre, accesible mediante unas escaleras, se puede contemplar un paisaje que ha permanecido en gran parte inalterado, evocando la tranquilidad y el aislamiento que una vez caracterizaron la vida en Claret.
Ayuntamiento de Oliola.
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Conoce en Lleida una pueblo milenario deshabitado.