

Biniarroi, denominado por los mallorquines como un llogaret emerge como un oasis de tranquilidad en la isla.
Este pequeño núcleo de población ha resistido valientemente los embates del pasado para ofrecer hoy en día una experiencia única en el corazón de las Islas Baleares.
El origen de Biniarroi se remonta a tiempos inmemoriales, con registros que datan desde el año 1230, cuando figuraba como una de las cuatro alquerías que conformaban Mancor de la Valle.
Su historia estuvo marcada por desafíos significativos, incluyendo las devastadoras epidemias de peste del siglo XVII y los corrimientos de tierras que sacudieron la región en 1721, 1816 y 1857.
A pesar de estos reveses, se han recuperado diez casas que han logrado resistir el paso del tiempo, preservando así parte del patrimonio arquitectónico de Mallorca.
Hoy en día, Biniarroi se erige como un tesoro cultural y paisajístico, reconocido por su belleza serena.
Clasificado como un bien de interés cultural, el llogaret encanta a los visitantes con su atmósfera tranquila y su entorno natural incomparable.
Tal como lo describió el renombrado escritor Santiago Rusiñol en su homenaje a "L’illa de la calma", Biniarroi es un remanso de paz en medio del bullicio moderno.
Casa en Binarroi.
La historia de la zona se entrelaza con vestigios de su pasado prehistórico, evidenciado por los enigmáticos talayots del Clot dels Diners y Conia, así como por el fortificado de Son Boscà, protegido por imponentes murallas.
La cueva de Montaura, donde antiguas civilizaciones enterraban a sus muertos y adoraban a un ídolo en forma de toro, añade un misticismo ancestral a la región.
Aunque la modernidad ha alcanzado este remoto rincón de Mallorca, con la llegada de la electricidad a principios del siglo XX, Biniarroi sigue siendo un destino que invita a la contemplación y la reflexión.
Aquellos que se aventuran a recorrer sus tranquilas calles y senderos serán recompensados con vistas impresionantes y una atmósfera que parece detenida en el tiempo.
Sa Calobra-Imágen de El Periódico.
Para los visitantes que deseen explorar más allá de Biniarroi, la costa cercana ofrece un espectáculo natural inolvidable. Lugares como Sa Calobra, accesible a través de un sinuoso camino rodeado de exuberante vegetación, prometen experiencias que cautivarán los sentidos y alimentarán el alma.
En resumen, Biniarroi, el caserío recuperado parcialmente en Mallorca, es mucho más que un simple destino turístico. Es un testimonio viviente de la resiliencia humana y un refugio para aquellos que buscan escapar del bullicio de la vida moderna y sumergirse en la belleza atemporal de la naturaleza y la historia.
Si recorres la zona, no puedes dejar de visitar la costa, especialmente la imponente Sa Calobra, un lugar al que se llega después de una hora por un sinuoso camino lleno de naturaleza y vegetación.
Sa Calobra ofrece un espectáculo natural inolvidable que promete experiencias que cautivarán los sentidos y alimentarán el alma.
Ayuntamiento de Manacor del Valle.
Como llegar desde Palma de Mallorca.
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