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El castillo de Tiedra, situado en la provincia de Valladolid tiene una historia que está profundamente vinculada a los acontecimientos políticos y militares que marcaron la evolución de Castilla y León.
Este castillo forma parte de las conocidas fortalezas de Valladolid, y se enmarca junto al castillo de Mota del Marqués, dentro del sistema defensivo de los Montes Torozos, un área de gran relevancia estratégica durante la Edad Media.
Tras la separación de los reinos de Castilla y León, Tiedra pasó a formar parte del reino leonés, consolidándose como un enclave defensivo clave.
La primera mención documentada del castillo de Tiedra se remonta a la época del rey Sancho II de Castilla.
Según las crónicas, el monarca encomendó al Cid la delicada tarea de reunirse con su hermana, la infanta Urraca de Zamora, para persuadirla de que entregara la ciudad de Zamora sin conflicto, a cambio de recibir la villa de Medina de Rioseco y el castillo de Tiedra.
Este acuerdo nunca se materializó, dejando a Tiedra como un símbolo de la pugna territorial y dinástica que caracterizó este periodo.
El castillo de Tiedra, como muchas otras fortalezas de Valladolid, fue escenario de intrigas políticas y conspiraciones.
Un ejemplo destacado de su papel en la historia ocurrió en 1430, cuando el rey Juan II de Castilla confiscó la villa y utilizó el castillo como prisión para el obispo de Palencia, Gutierre Álvarez de Toledo.
Entrada al castillo de Tiedra.
El prelado había sido acusado de conspirar contra el rey y su favorito, Álvaro de Luna.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, el obispo fue finalmente absuelto, pero este episodio subraya la importancia del castillo como centro de poder y de custodia de prisioneros.
El castillo de Tiedra, a lo largo de los siglos, fue sufriendo un progresivo deterioro que culminó en un estado ruinoso a principios del siglo XXI.
En 2010, la Junta de Castilla y León se vio obligada a intervenir de manera urgente para evitar su derrumbe completo.
En mayo de 2013, tras un proceso de restauración parcial, el castillo volvió a abrir sus puertas al público, pero, en diciembre de ese mismo año, un temporal de viento y lluvia provocó el derrumbe parcial del cubo sureste, lo que dejó en evidencia la fragilidad de la estructura.
A pesar de estos desafíos, el castillo de Tiedra sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Su torre del homenaje, de veinte metros de altura y muros de 2,5 metros de grosor, ofrece una vista impresionante de los Montes Torozos y del pueblo de Tiedra.
Desde 1985, el castillo ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural, lo que refuerza su valor patrimonial y garantiza su protección.
Actualmente, es propiedad del Ayuntamiento de Tiedra, que ha hecho accesible su visita por un coste simbólico de 2 euros, permitiendo a los visitantes explorar tanto su interior como su exterior.
Ayuntamiento de Tiedra.
Cómo llegar desde Valladolid.