

La ermita de San Úrbez, situada en una oquedad conocida como Cueva de Sestral, es un ejemplo emblemático de un tipo de arquitectura sacra.
Este santuario se encuentra en el linde del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, a la entrada del impresionante Cañón de Añisclo, un lugar sobrecogedor labrado por los glaciares del Monte Perdido.
La ermita de San Úrbez, un eremitorio rupestre de origen medieval, remonta su fundación al siglo VIII.
Según cuenta la tradición, fue aquí donde vivió el pastor San Úrbez, quien usaba la cueva como refugio mientras cuidaba de su ganado.
Este templo de tipología balma comparte su estructura con otras cuevas santuarios y refugios pastoriles, resguardados bajo imponentes viseras pétreas.
Dentro de la ermita, se encuentran dos cámaras unidas, la más septentrional es el lugar donde se celebra la misa durante la romería, mientras que la otra cámara es donde, según la tradición, habitó San Úrbez.
El acceso a la ermita se realiza mediante una escalinata que asciende a la cueva, añadiendo un aire de misticismo a la experiencia de la visita.
Los fieles y visitantes acuden a la ermita de San Úrbez cuatro veces al año: el 1 de mayo, el martes de Pascua de Pentecostés, el 14 de septiembre y el 15 de diciembre, día del santo.
Este lugar no solo es un sitio de veneración, sino también de leyendas.
Entre las historias que se cuentan está la de las ovejas de San Úrbez, que entraban en los campos sembrados sin dañar los cultivo ya que solo comían las hierbas malas.
Cascada de la Vía ferrata del Sorrosal.
Además de explorar la ermita, los visitantes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido pueden disfrutar de actividades como la Vía ferrata de Sorrosal y la escalada, con equipamiento disponible en alquiler en el cercano pueblo de salida.
Ayuntamiento de Falno.
Como llegar desde Huesca.
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Visita en Huesca el pueblo abandonado con un barranco del que cae un salto de agua de 20 metros de altura.